¿Qué hubieras dicho hace diez años si te hubieran hablado de cruzar el desierto con una moto eléctrica? Este año participaron por primera vez vehículos alternativos en la carrera más loca del mundo. Y también hubo un poco de Epaddock, en la persona de nuestro colaborador español Elías Bel Mestres, que aquí nos cuenta cómo le fue (aunque quizá ya lo hayas visto...)
El Dakar es esa carrera en la que, cuando crees que no puede ir peor,... empeora. Elías sonríe al decirlo, pero queda claro que no es broma: se llama "experiencia". Elías Bel Mestres es técnico e investigador en el campo de las energías renovables y apasionado de las motos. Las tradicionales y luego, juntando sus dos vocaciones, también las eléctricas. El Catalán, es colaborador de Epaddock en España desde 2019. Como consultor técnico de Wattpower Racing, hace unas semanas vivió un sueño: participar en el Dakar Future Mission 1000, el ambicioso programa que pretende hacer del Dakar un evento cero emisiones para 2030. Pero este año, ya se vieron Modelos futuristas de motocicletas eléctricas en competición. La aventura fue dura y frustrante, tal como esperas, pero también fantástica, llena de adrenalina, más satisfactoria de lo que se puede describir.
“Piensa – explica Elías – que desde pequeño me volví loco por los reportajes de televisión dedicados a esa aventura africana llamada París-Dakar. Admiraba mucho a esos pioneros de la carrera más dura del mundo, los envidiaba, durante muchos años realmente pensé que nunca podría ser como ellos. Pero con la llegada de la tecnología eléctrica se me presentó una oportunidad nueva e impensable".
Elías quería formar parte de la historia del Dakar: ser como los pilotos a los que mitificó, aquellos que "independientemente de sus éxitos o fracasos, dejaron su huella y todavía hoy son recordados por sus vehículos y sus preparaciones".
La posibilidad comenzó a materializarse en 2017, cuando Elías conoció a los demás integrantes de Wattpower Racing y decidió unir fuerzas, pasiones y habilidades para desarrollar un primer prototipo eléctrico: con ese vehículo participaron en una Baja-Aragón, un rally raid celebrado en España . “Los resultados no fueron buenos – dice Elías – pero la realidad es – y el tiempo nos ha enseñado – que cuando eres pionero en algo debes disfrutar de recorrer el camino sin esperar nada a cambio. Bueno, nada a cambio tampoco es del todo cierto... lo que sí es cierto es que hay que saber estar satisfecho, simplemente disfrutando de cada paso que das."
Con esta filosofía, tres versiones diferentes de su moto y varias pruebas, Wattpower Racing llega a 2024 perfectamente preparado para el momento en que el organizador del Dakar anuncia la creación de la nueva categoría Dakar Mission 1000. “Obviamente inmediatamente sentimos que era nuestra gran oportunidad! ¡Nuestra Wattbike conquistaría el desierto árabe! – Elías todavía destila emoción – Teníamos a nuestra disposición una batería de 21 kWh con prestaciones muy interesantes y una potencia máxima de 50 kW, con un chasis diseñado para las peores condiciones del Dakar… lo único que sabíamos nos penalizaba era el peso, dado que nuestra motocicleta pesaba 210 kilos... esto la hacía una motocicleta compleja para andar por las dunas blandas. Por eso elegimos a un piloto que ya conocía las dunas del Dakar: el gallego Francisco Gómez Pallás”.
Desde el primer minuto, el Dakar se encargó de hacer entender al equipo que no nos lo iba a poner fácil: en las pruebas preliminares surgieron fallos y problemas que nunca se habían manifestado en ninguna de las pruebas en España y Elías, asesor técnico del proyecto, durmió solo 4 horas en tres días. No es un mal comienzo.
“Pero empezamos después de un prólogo excepcional, en el que conseguimos marcar el segundo mejor tiempo en la prueba scratch de la categoría motos – afirma Elías – La primera semana de pruebas especiales, a pesar de algunas complicaciones mecánicas, nos hizo soñar: nos permitió ver a nuestra moto y a nuestro piloto en lo más alto de la clasificación a pesar de algunas penalizaciones por haber perdido algun Waypoint. Navegar en la categoría eléctrica es especialmente importante porque te obliga a recorrer kilómetros de más que a veces no tienes o que te obligan a reducir mucho el ritmo. Sin embargo, poco antes del día de descanso empezamos la etapa del “Empty quarter”, un tramo muy exigente en el que los organizadores estaban especialmente preocupados por la arena muy blanda”.
En esta especial los primeros 200 metros fueron una prueba de aceleración. “El día no podría haber empezado mejor: segundo mejor tiempo scratch detrás del buggy de fábrica de Airbus – sonríe Elías – pero nuestra alegría no duró mucho. Bueno, en realidad la nuestra y la de todos los demás fabricantes... ese día ninguna de las motos Mission 1000 logró terminar la etapa. Los pilotos fueron recogidos en las dunas por helicópteros y las motos durmieron en el desierto. En ese momento comenzó una odisea para recuperar el vehículo: momentos larguísimos que terminaron al final del día siguiente, cuando por fin vi llegar nuestra moto encima de un vehículo de emergencia.
La motocicleta había sufrido graves daños durante el transporte y tenía un problema con el piñón de ataque. “Esa noche condujimos 850 kilómetros hasta el siguiente campamento, llegamos a las 7 de la mañana, nos bajamos de la furgoneta y comenzamos las reparaciones. A las 16:XNUMX la motocicleta estaba lista de nuevo... y pude descansar."
“A partir de la etapa de descanso tuvimos buenas especiales desde el punto de vista de la eficiencia, pero lamentablemente se vieron afectadas por problemas de navegación. Personalmente quedé muy satisfecho porque empezamos a sacarle el máximo partido a nuestro motor que nunca nos dio ningún problema, salvo algunas limitaciones de potencia por la temperatura del motor en las zonas de dunas. El Dakar es una prueba impredecible y esta edición fue especialmente dura para la asistencia, cada día fue una auténtica odisea para empezar. Fue tan duro que pensamos que no podía ser peor". Pero, como sabemos, esta es casi siempre una esperanza vana...
“Llegamos a la fatídica especial 11. Sobre el papel era nuestra mejor especial, incluso habíamos recuperado 24 minutos en la primera moto pero a 6 kilómetros de meta tuvimos la fatídica caída. La rueda delantera primero chocó con un bache e inmediatamente después con una roca, el esfuerzo hizo que la parte delantera del chasis cediera y nuestro piloto terminó en el suelo – Elías sacude la cabeza – No hay mucho más que decir, el video de la caida dio la vuelta al mundo. Estábamos a pocos kilómetros de la meta de la Misión 1000."
Al final, sin embargo, el equipo Wattpower Racing consiguió llevar su "Touareg" al tercer escalón del podio en la carrera más dura del mundo: un resultado agridulce.
“Miles de pensamientos pasaron por nuestra mente en ese momento… y muchos nos preguntaron si regresaríamos el año que viene. Todavía no estoy seguro de tener una respuesta – reflexiona Elias – La verdad es que, en 2017, participar en el Dakar con una moto eléctrica era una idea absurda, una locura, pero en esta edición hemos demostrado que podemos hacerlo. Mi objetivo personal para 2025 sería conseguir fondos para construir otra moto y volver a intentarlo... y mi sueño, cuando lleguen las grandes marcas, formar parte de uno de esos proyectos." Por qué no?
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